Muchos conductores y conductoras afirman conocer los peligros de la fatiga al volante, mientras que el número de siniestros debidos a este factor de riesgo se mantiene muy elevado. Se ha calculado que de un 20 al 30€ de los accidente de tráfico se relacionan de un modo u otro con la fatiga.
Se sabe, que realizar una misma tarea durante demasiado tiempo, antes o después llegará un momento en el que el rendimiento empezará a disminuir y no se podrá continuar con ella con la misma eficacia que con la que se empezó.
Factores que intervienen
Factores internos.
La estimación de distancias y velocidades, el tiempo de reacción y la atención selectiva, comprobándose que estas tres habilidades sufren un deterioro significativo después de 6 horas de conducción.
Factores externos.
La dificultad de la conducción, densidad dl tráfico, conducir por carreteras no conocidas, el tipo de carretera o las condiciones climatológicas. Sin embargo, estos factores extrínsecos, sólo determinarán en qué momento empezará la persona a experimentar los síntomas de la fatiga, así como la intensidad que estos alcancen.
Factores del coche.
– Mala ventilación y/o temperatura elevada, alterando el estado anímico y la tolerancia de la persona conductora.
– Iluminación deficiente debido a una conducción nocturna.
– El vehículo en mal estado
– Un diseño poco ergonómico del coche, haciendo que la postura corporal no se adapte correctamente cargando la musculatura y por lo tanto, aumentando el cansancio y la tensión.
Factores de la persona conductora
– Conducción larga y dificultosa
– La prisa y por lo tanto, mantener una velocidad excesiva durante mucho tiempo
– Conducir estando ya con una dosis importante de fatiga y cansancio
– Conducir con hambre, sed, etc. o bajo los efectos de la somnolencia después de una comida copiosa.
– El alcohol y otro tipo de substancias psicoactivas, también alterarán el ritmo de la conducción, exigiendo a la persona conductora, mayora necesidad de concentración y atención.
– Cambios de hábitos normales de conducción. Por ejemplo, conducir de noche cuando no hay costumbre, etc.
– Personas que conducen por primera vez (nóveles) al no haber automatizado e integrado la conducción en su día a día como una costumbre más, han de elevar la concentración y la fatiga les sobreviene con mayor facilidad.

LA FATIGA AGUDA EN LA CONDUCCIÓN DE VEHÍCULOS
Los sentidos de la percepción
• VISIÓN:
La visión se puede volver borrosa, generando problemas para enfocar objetivos en el campo visual y provocando una clara disminución de la agudeza visual.
Suele aumentar el número y la duración de los parpadeos, por lo que tus ojos permanecen completamente cerrados durante más tiempo.
También, suelen quedar parcialmente cerrados, siendo éste, un indicador importante del nivel de somnolencia.
Es posible, si la fatiga es muy alta, que se puedan producir ilusiones ópticas; brillos, luces, sombres, deformaciones en la carretera, etc.
Por lo que, el cuerpo, tiende a combatir la fatiga durmiendo, no podemos controlar el momento en el que nos quedamos dormidos/as
• AUDICIÓN:
Ante un sonido brusco y repentino se puede experimentar reacciones bruscas y exageradas. Haciendo que reaccionemos de una manera asustadiza y descontrolada.
La sensibilidad auditiva puede disminuir, pudiendo llegar a ignorar parte de la información sonora que llega del exterior, peligrando una conducción segura.
• CUERPO:
Frecuentes las sensaciones de pesadez en el cuerpo. En la cabeza suelen experimentarse pequeñas migrañas y sensación de presión, sobre todo en las sienes, espalda, lumbares, nuca y occipital. Debido a esto, la persona tiende a reacomodarse, peligrando la atención en la conducción.
Debido a la fatiga y el bloqueo que esto suele acompañar, es frecuente sentir hormigueos, picores, calambres en extremidades. Debido a una oxigenación y flujo sanguíneo colapsado.
“El “yo-controlo” es muy engañoso cuando realmente tenemos una fatiga elevada, si no somos capaces de percibir los síntomas, es muy probable sufrir un accidente cuando varias condiciones arriba expuesta se produzcan a la vez”
Indicadores de fatiga
– Cambios de postura con frecuencia, sensación de estar inquieto
– Estiramientos
– Bostezos
– Acomodos en el asiento
– Movimientos de las manos, rascarse, colocar mano sobre la pierna, etc.
– Las llamadas conductas lúdicas, tales como cantar, silbar o ciertos movimientos repetitivos y rítmicos. De alguna manera el cuerpo hace eso para mantenerse despierto, pero una sobrecarga de estas señales no atendidas, puede sobrecargar el sistema nervioso simpático y el cansancio se haga mayor.
Consecuencias de la fatiga
– Descansos demasiado cortos o inadecuados
– Hace más difícil la conducción y aumenta la necesidad de estar más concentrado, haciendo un sobreesfuerzo. (nocturnidad, niebla, lluvia, tráfico denso, carreteras desconocidas, etc.)
– Aumenta la monotonía
– La conducción se hace más incómoda, ya que se puede perder una postura correcta, etc.
– Altera el estado psicofísico de la persona conductora (la prisa, el estrés o la ansiedad)
Recomendaciones
Por todo lo anterior, recomendamos y subrayamos, la necesidad de aprender a reconocer el momento en el que se debe interrumpir la macha y parar a descansar.
Con la intención de proporcionarte un descanso de calidad y no superficial.